Recitador de L’Amuravela durante 32 años. Había sido apuntador de Diego. En el año 1948, cuando tenía 19 años, debido a que Diego se había enrolado en un barco que andaba al bonito con base en San Juan de la Arena, en lugar de descansar el día de San Pedro le correspondió el de la festividad de dicha localidad, San Juan. Al no encontrar a un voluntario, fue cuando “Totó” hizo su debut.
Posteriormente, a partir del año 1954 y hasta 1984, de forma ininterrumpida, ha sido el gran recitador del típico sermón pixueto, siempre escrito durante esta época por su madre Elvira Bravo. A la muerte de ésta, 1986, toma la responsabilidad de redactar L’Amuravela, hasta el año 1993.